viernes, 12 de agosto de 2011

Nació el Amor

La Biblia nos habla que en Belén de Judea  nació un niño, trayendo a éste mundo un mensaje de Amor , Fe  y Esperanza.
Un mensaje que el Padre quería revelar a toda la humanidad a través de su Hijo amado.
En el pesebre  nació el evangelio, allí nacieron las buenas noticias. Dios amó al mundo y lo estaba expresando en la forma de un Niño en Belén.
El nacimiento de éste niño no sólo dividio la historia de la humanidad; sino que también divide la historia de cada cristiano  en un antes y un después  de Cristo.
En el pesebre nació  el Amor, la Fe,  y la Esperanza de la humanidad….¡ En el pesebre nació Emanuel!....
El Amor encarnado en el niño Jesús nace en una humilde  aldea de Judea, lejos de la Gloria del Padre.  Vino a experimentar la sed humana, a sufrir el cansancio, a vivir la soledad y a soportar la incomprensión. Pero traía en sus  manos un mensaje diferente al  de todo ser humano: un mensaje de Amor de Fe y de Esperanza.
Las escrituras lo muestran amando al necesitado, sanando al enfermo, libertando al oprimido, haciendo milagros frente a las multitudes y hablando en la soledad junto a Nicodemo. Amó profundamente. La expresión máxima de su  amor la mostró  en la Cruz  cuando derramó su vida por sus amigos y por sus enemigos.
El niño de Belén trajo un mensaje de Fe. Había que creer en El para ser salvo. Su mensaje de fe era para toda la humanidad . El era la fe que necesitaban los descreídos;  la seguridad para los inseguros; la confianza para los desconfiados.
En Belén nacía la fe que se necesitaba para llegar a Dios.
En el pesebre nació la Esperanza. No una esperanza barata o ligera que depende de las circunstancias de la vida, o que  confía en la fuerza del hombre, sino  una esperanza que hace que nos enfrentemos a cualquier cosa,  aún a la misma muerte, sabiendo que  tendremos  la  victoria.
El mensaje que Jesús nos dejó al nacer, es el mismo mensaje que debemos transmitir como cristianos, a los que están necesitados.
1ra Tesalonicenses 1:3 dice “ Acordándonos sin cesar…de la obra de vuestra fe, el trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”.
La vida cristiana debe tener las mismas características que el pesebre , debe  ser modesta  y ocuparse en hacer el bien a los demás y trabajar eficientemente en ello.
Te invito a que te  inspires en el niño de Belén,  que tengas obras que fluyan de tu fe, trabajo que fluya de tu amor y una perseverancia que  nace de una esperanza viva.

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