martes, 18 de julio de 2017

Dejenlos que vengan a mi


Siempre que leo el evangelio de Marcos en el capitulo 10 me viene a la mente la escena de los niños en la tierra de Israel, en  la época de Jesús; quiza ellos corrían alborotados gritando que el maestro   caminaba por sus calles junto  con sus discípulos;  estaban  de visita en Judea, al otro lado del Jordán, el Maestro  había venido  a instruirlos  acerca del reino de los cielos.
Imagino la agitación de los niños al ver el gentío reunido alrededor de El, todos querían escuchar sus enseñanzas, querían que El  les hablara del Padre, que les contara las parábolas tan ilustrativas con las que El  relataba  y  otros se acercaban para preguntarle acerca de la Ley de Moisés, los profetas y los salmos; Jesús atendía a todos, dedicaba su tiempo a las personas que estaban interesadas en escucharlo.
Entre ellos estaban los pequeñitos quizá corriendo alborotados, entremezclados con los adultos, sonriendo de emoción; hasta me parece escucharlos decir  : " ¡¡¡el Maestro esta en Judea !!!" ellos también querían verlo.
Dice la Biblia que los adultos le llevaban los niños a Jesús para que los tocase, quizá había algunos enfermos, con necesidades físicas, emocionales quizá  económicas, y otros  solo mirando lo que sucedía.
Pero la presencia de Jesús era atrayente, nadie podía  verlo pasar y quedar indiferente. El irradiaba esa luz celestial que aun los niños podían percibirla.
También allí  estaban los amigos de Jesús, sus discípulos, quienes  reprendían a los que  llevaban a los niños a Jesús; a ellos les parecía que los niños eran personas insignificantes y que no podían interrumpir al Maestro en sus enseñanzas.
Viéndolos Jesús lo que estaban haciendo, se indigno mucho y les dijo: "Dejen los que Vengan a mi"; esta respuesta tan amorosa nos muestra que nadie es insignificante como para no merecer la atención amorosa  de Dios.
Y Jesús tomando en sus manos un pequeñito nos dio la lección mas grande: El camino hacia el Reino de los cielos se recorre con la confianza y entrega de un niño. Y el camino hacia la grandeza en el Reino se recorre con la humildad de un niño.
"Dejen los que vengan a MI" dijo Jesús porque  el Reino de Dios les pertenece a estos pequeñitos, y  el que no lo reciba como uno de ellos  no entrara en el. 
Quizá en la época de Jesús la gente, no creía que los niños necesitaban a Dios tanto como los adultos y que la vida eterna es de ellos también y  Jesús les  amplio la visión.
El Reino de Dios es solo para aquellos que vienen a  EL con la sencillez de un niño.
El Los ama tanto como te ama a ti .Acércate   a Jesús con la fe de un niño.