martes, 26 de marzo de 2019

Obrero Aprobado


Cuando pensamos en un obrero, se nos viene a la memoria tantos oficios y profesiones que realiza  una persona en forma manual y a veces ésta tarea requiere un esfuerzo  físico . Pero un sinónimo de obrero es un trabajador, y  en ese universo encontramos a  todas las personas físicas que están  en una edad legal de prestar algún servicio y recibir un salario a cambio de ello.
El Apóstol Pablo le escribe a Timoteo que “Procure con diligencia presentarse a Dios aprobado, como Obrero que no tiene de qué avergonzarse” y en ésta carta pastoral,  dedicada al  joven discípulo,  Pablo le recuerda que: es un obrero, que va a rendir cuentas a Dios de su trabajo y que use bien la palabra de verdad.
Los obreros que trabajamos en esta gran empresa que es la de llevar el evangelio a toda criatura, debemos ser diligentes en enseñar la palabra de Dios.   “usar bien la palabra de verdad”.
Somos obreros que transmiten La Biblia, la palabra de Dios , la  revelación  que  Dios trajo  a los hombres; y la trajo  en el  lenguaje que todo hombre puede entender, escrita por hombres, y conservada por Dios por todos los tiempos.
Esta palabra debemos transmitirla fielmente y con diligencia “la repetirás a tus hijos y hablaras de ella sentado en tu casa, o andando por el camino…”El Salmo 78:6 dice que debemos enseñarla a las generaciones venideras. Debemos estudiarla. Debemos utilizarla para que las personas la conozcan y sus vidas sean transformadas a través de ella.
Somos obreros en esta gran empresa, pero debemos ser obreros “que no tienen de qué avergonzarse”. Debemos vivir responsablemente. Nuestra vida cotidiana debe ser consistente con el puesto que ocupamos en ésta empresa. Debemos vivir conforme a las enseñanzas de Cristo, cada día tenemos que parecernos más a Él.
Un obrero tiene que  poseer  fe. Porque sin fe es imposible agradar a Dios, si nos acercamos a Dios tenemos que  creer que Él existe. Debemos creer con el corazón para justicia. La fe nos ayuda a afrontar las situaciones difíciles con la confianza puesta en Dios. Hay que  ejercitar nuestra fe con las promesas  que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Un Obrero tiene que poseer amor. Pablo escribió a los Corintios “Yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoles más sea amado menos”. El deseo de Pablo era que las personas fueran alimentadas por la palabra de Dios y él gastaría su vida en esa tarea. El no dejó de amarlos, aunque ellos no le devolvieron ese afecto.
Un obrero debe ser sufrido. “Alegraos en la medida en que participemos en los sufrimientos de Cristo” dice Pedro en su epístola. El sufrimiento es la reacción al dolor que tenemos. Si alguien había sufrido por la causa de Cristo era Pedro, y él nos enseña que el obrero que sufre y es fiel será recompensado.
El obrero debe presentarse ante Dios aprobado, debe rendir el examen de su trabajo ante Dios. Procura aprobarlo. Enseña con amor.