lunes, 17 de octubre de 2011

El corazon para Dios y las Manos para el trabajo

“Amado yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2.”
Dios quiere que sus hijos prosperen, ¿Quién podrá negar esto? La prosperidad no debiera ser un fin, sino el resultado de una vida que busca a Dios y entregada totalmente a su voluntad. Proverbios 10:22 dice: La bendición de Jehová es la que enriquece y no trae tristeza con ella. ¿Es un bienestar pasajero? ¿Es algo por algún tiempo? NO la prosperidad divina es un estado continuo y de progreso. Y como dice el versículo de Juan la prosperidad abarca todas las aéreas de nuestra vida: espiritual, física, emocional y material. Ninguna es más importante que la otra; todas van juntas. Debemos tener dinero de la misma manera que prospera nuestra alma. El salmista dice que el hombre prosperado por Dios es un hombre Feliz, santo, saludable y está en paz. Salmo 35:27.Cuando nuestras necesidades están satisfechas estamos en paz.
Cuando somos nosotros los que prosperamos por nuestros esfuerzos sobre humanos esa prosperidad no es integral, porque nuestros afanes y ansiedades terminaran con nuestra salud, con nuestra paz; no tenemos tiempo para buscar a Dios, no tenemos tiempo para disfrutar la familia .
El Rey David aconseja a su hijo Salomón que sea obediente a Dios para que El lo prospere. 1 Reyes 2:3. Dios es quien nos prospera y nos garantiza el éxito según Deuteronomio 28. Dios prospera cuando hay fe, cuando el hombre le cree a Él y espera en sus promesas. Hebreos nos dice que: “Dios es galardonador de los que le buscan”
Dios prospera al hombre que le ama. Salmo 122:6 al hombre generoso Prov. 11:25; al hombre trabajador Prov. 13:4
¿Quieres ser prosperado por Dios? Amalo con todo tu corazón; obedécelo con toda tu voluntad y veras su justicia en tu vida. ABRAHAM le creyó a Dios y fue llamado amigo de Dios y fue prosperado en sus caminos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¡ Mujer Valiente y Esforzada !

Hace muchos años recibí una carta, de una amiga cercana; entre muchas cosas lindas que me escribió,  estaban estas palabras:  ¡Adelante mujer Valiente y Esforzada! Me llamaron la atención  estas palabras porque resumían, en parte, como ella me veía parada  en la vida; aunque  desde mi óptica  no podía compartir  el mismo concepto de mi misma ya que  no me hacia  acreedora  de sus dichos. Siempre había observado la vida de las mujeres valientes que se encuentran  en  los relatos  Bíblicos y me cautivaban sus historias. Mujeres que se entregaron de lleno a su llamado; que con valor defendieron su fe; que fueron ejemplo para sus pares y que hicieron historia.
En mi opinión, me gusta la mujer  de valor  para enfrentar la vida; la mujer de  carácter, luchadora, trabajadora, esforzada; la mujer conocedora  de los tiempos;  que busca y   ama a Dios  por sobre todas las cosas; aguerrida pero  sensible, dulce, conciliadora que se brinde hacia el otro;  esa es la mujer  de mis sueños, la que anhelo ser, cuando el Señor termine su obra en mi. Entre  tantas mujeres con estas características quería contarte la historia de Débora una de mis preferidas, mujer profeta, jueza, astuta, adoradora y con un corazón sensible.
El pueblo de Israel había faltado al pacto con Dios y estaban viviendo las consecuencias de estar lejos del Señor. Nos cuenta la Biblia que en la época de Débora Israel estaba de esta manera: “quedaron abandonados los caminos” “quedaron abandonadas las aldeas” “se paraban en lugares torcidos” “escogieron nuevos dioses”. Un pueblo alejado  totalmente de Dios, caminando sus propios caminos;  dice Jueces 5:7 “hasta que yo Débora me levanté.” Una mujer con una sensibilidad social como pocas. Se elevo  como una madre para guiar a su gente. Su trabajo fue sentarse bajo una palmera para levantar al pueblo de su abatimiento. La situación era de violencia “llegó la guerra  a las puertas de la ciudad” dice Jueces 5:7 Débora fue a la batalla con Barac confiando en que Dios había dado ya la victoria. Una mujer valiente, con una fe avasallante; entendida  de los tiempos de Dios  que sale a la batalla prometiendo la victoria sobre el rey de Canaán, la cual Dios le concede.
Débora amaba a su pueblo:”mi corazón está con los príncipes de Israel, con los voluntarios del pueblo” era una  mujer que tenia amor maternal por su gente , entrego el corazón a  Israel y fue ese amor el que le dio la fuerza para salir a la batalla y arriesgar su propia vida. ¿Cuáles son los límites de tu amor?
Débora una mujer sensible, adoradora,”Cantaré Salmos a Jehová el Dios de Israel” después del triunfo compuso un esplendido canto triunfal para alabar al Dios de Israel. 
Que hermosa historia!!! Habrá alguna Débora en estos tiempos? ¡¡ Mujer Valiente y Esforzada!!.

domingo, 9 de octubre de 2011

Adictos a la aceptación


Esa necesidad que tenemos  de ser aceptados por todos y que todos nos quieran, es en definitiva,  una lucha constante con la baja autoestima que poseemos. Es una dependencia a la aprobación que nos hace vulnerables  tanto a los elogios como  a las críticas. Es una  forma de vida  que nos mantiene tensos y nos inclina a la depresión, porque nuestra valoración personal  depende de los dichos de los demás. Debemos entender  que  no todos aprueban el modo   en que Dios se mueve en nuestras vidas,  la manera en que somos llamados al ministerio, la forma en que Dios nos da oportunidades y  bendice nuestras vidas. Debemos tener en claro que la aprobación o la desaprobación de otros   no deberia  influir en nuestras emociones ni  paralizarnos frente al plan que Dios trazó . Lo  importante es  lo que Dios piensa de nosotros y cómo le estamos agradando a Él.
El apóstol Pablo, un hombre que amaba a Dios y  que tenía pasión por su  obra, se encuentra en medio de una situación complicada; los hermanos de Galacia estaban  insinuando que era un oportunista, que buscaba el favor de las  personas,  porque enseñaba lo que la gente quería oír,  por eso  en gálatas 1:10 nos dice: ¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que yo procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros no sería siervo de Cristo. ¿Alguna vez has pensado que Dios no usaría tu  vida debido a tu pasado? O has pensado que Dios no te utilizaría debido a lo que la gente piensa de vos?  Si es así, detente un instante y  mira   la vida de Pablo:  perseguidor de la Iglesia de Cristo,  participe en la muerte de Esteban, instigador del martirio a los  primeros cristianos, fanático de la religión,  en tal forma  que estaba dispuesto a llevar a cualquiera a la muerte. Este hombre con un pasado terrible, con una reputación impresentable ante los hombres,   es llamado por Dios, recibe  su perdón, Dios lo restaura, lo santifica y   le da el ministerio apostólico: “Pablo apóstol (no de  hombres, ni por  hombre sino por Jesucristo y por Dios Padre)”. En este versículo Pablo nos enseña que buscar en forma desmedida la aprobación  de los demás puede afectar nuestra vida espiritual y  nuestras  relaciones con otras personas. No debemos buscar la aprobación de las personas para sentirnos bien y ser felices, al contrario eso nos esclaviza; la opinión de otros no  debe afectarnos. Debemos  estar firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres Gal 5:1. No debemos buscar en el hombre, lo que Dios nos da gratuitamente: amor, perdón, valoración, aceptación.  La libertad verdadera nunca llega  hasta que no entendamos bien ese versículo.
 Nuestro pasado puede servirnos para dar testimonio de donde Dios nos sacó. Nada mas, No debe atarnos a él. Gálatas  1:23 dice: Aquel que  en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.  Y Glorificaban a Dios por causa mía”. Gracias a Dios por la vida de Pablo! Y por la vida de tantos que han sido transformados por el poder del evangelio. Dios bendiga tu vida y cumpla su propósito en vos.

domingo, 2 de octubre de 2011

La prosperidad del justo

En  la parte oriental de Arabia, cerca del Rio Éufrates  vivía un hombre próspero. Era piadoso aun siendo el hombre más rico de la zona. Amaba a Dios,  era integro, y sincero con su religión. Ofrecía sacrificios a Dios por él y por si acaso sus hijos habían ofendido a su Dios. Gozaba de bienestar económico, de una buena relación familiar, y de una buena posición dentro de la sociedad. Llego   el momento en que su fe fuera puesta a prueba, para exteriorizar la motivación de su corazón  y fue DIOS quien lo permitió.
En ese diálogo entre Dios y el diablo surgen preguntas: ¿Acaso no has considerado a mi siervo Job?  Es un hombre recto…que me honra y vive apartado del mal, dijo Dios.
¿Acaso  Job te honra sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? ¿Acaso no has bendecido la obra de sus manos? Contestó el diablo. Y era  así, realmente,  como dice el Salmo 5: 12  Dios bendice al justo y lo rodea de su favor. La vida de Job y su familia estaba bajo la cobertura de Dios .Moraban  bajo la sombra del Todopoderoso.
Dios con limitaciones  permite  a Satanás afligir la vida de  Job. Comienza perdiendo sus bienes, sus hijos, su salud; tambaleó su matrimonio; perdió su posición social: “me ha despojado de toda honra, de la cabeza me ha quitado la corona” Job 19:9. Perdió la presencia espiritual de sus amigos. En fin, perdió todo menos la vida y la fe en Dios. Job en medio de su crisis decía: Jehová dio, Jehová quito, ¡Sea su nombre alabado! ¿Recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos? Job sufría  pero no entendía la situación que estaba atravesando. Aun así  nunca culpó a  Dios de su situación. Hasta aquí Job se había mirado a sí mismo y había puesto su confianza en él. Pero Dios lo lleva a un  plano mas elevado, a un punto cero donde no hay explicaciones  humanas, donde estamos vulnerables,  donde uno muere a uno mismo, a sus propios argumentos, a su propia sabiduría y se abandona  en las manos de Dios. ¿Estás en crisis económica?  ¿Tus hijos están muertos espiritualmente? ¿Has perdido tu posición social  o tu lugar dentro de la iglesia? ¿Tus amigos no te comprenden? ¿ Tu vida se parece a la de Job?  En medio de tus crisis sigue  siendo Fiel a tu Dios. Muere a tu orgullo,a tu soberbia,  a tu carácter, a tus derechos, al lugar que te has ganado. Muere para que la vida de Cristo renazca con mas fuerza en vos. En nuestra vida cristiana  pasaremos por las mismas crisis que pasó JOB  pero como él llegaremos a decir: Yo sé que tu lo puedes todo. Hablaba lo que no entendía, de oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven.La Biblia nos cuenta que Dios bendijo los últimos años de  Job más que los primeros. Bendijo a sus hijos, a sus nietos; fue su vejez próspera llena de la bendicion de Dios. Sus ultimos años fueron mejor que los primeros. ¡Que asi sea!!!
¿Qué es lo que te mueve a buscar a Dios? Ojalá sea el amor que tienes por  Él.