¿ Y los otros nueve?
En su camino a Jerusalén, Jesús pasó por una aldea que se encontraba entre Samaria y Galilea; llegando le salieron al encuentro diez hombres que estaban enfermos de lepra.
Ellos conociéndolo, le gritaron de lejos: ¡Jesús, ten compasión de nosotros! .
La lepra es una patología bien conocida desde tiempos antiguos causada por una bacteria, la cual provoca lesiones y heridas en la piel.
Segun la Ley de Moises el leproso tenía que ser llevado ante el sacerdote y éste observaba su piel durante cierta cantidad de dias y segun la gravedad del caso determinaba si era Inmundo. Si así era, tenía que vivir fuera del campamento, con sus vestidos rasgados y su cabeza descubierta y pregonando: ¡Inmundo !¡Inmundo! para que nadie se les acerque.
Era una enfermedad socialmente marginal. Donde marcaba su forma de vivir y su destino.
Asi estaban estos diez leprosos, hasta que Jesús pasó cerca de ellos y tuvo compasión.Los manda a presentarse ante los sacerdotes. Mientras caminaban quedaron limpios de su enfermedad.
Que alegría!!! que emoción habrán tenido estos hombres, la lepra había desaparecido, El Maestro los había sanado! Sus cuerpos habían quedado limpios de esa enfermedad; enfermedad tan degradante e incurable.
Iban tan emocionados, tan deslumbrados por lo que les había acontecido que solo uno volvió a darle las gracias a Jesús. Sólo el extranjero agradeció el milagro recibido. Volvió glorificando a Dios a gran voz alabándole y postrándose le dio las gracias.
Jesús no deja pasar la actitud de los otros y le dice ¿ cómo dónde están los otros nueve?
¿Acaso no son diez los leprosos que quedaron limpios? Solo el extranjero vino a agradecerme?
Qué triste habrá sido para Jesús la actitud de estos nueve leprosos! quizá ellos pensaron que eran merecedores de este milagro y no tenían por qué agradecerlo.
O quizá vieron el milagro y salieron tan rápido a contarles a su familia lo sucedido, que se olvidaron de Jesús.
Considerando que en nuestro mundo espiritual la lepra es el pecado y que muchos hemos sido limpiados y sanados por El,no todos continuamos el camino del reconocimiento diario a Dios.Deberíamos preguntarnos y analizar en cuál grupo estamos?
Si formamos parte del grupo de los nueve, que siendo judíos y conocedores de Dios no volvieron a Jesús o somos como el extranjero que sin conocerle volvió agradecido y Jesús no sólo lo sanó sino que lo hizo su Hijo:"Levántate, vete, tu fe te ha salvado".
Doble bendición recibió éste samaritano por tener una actitud correcta.
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