Hace muchos años recibí una carta, de una amiga cercana; entre muchas cosas lindas que me escribió, estaban estas palabras: ¡Adelante mujer Valiente y Esforzada! Me llamaron la atención estas palabras porque resumían, en parte, como ella me veía parada en la vida; aunque desde mi óptica no podía compartir el mismo concepto de mi misma ya que no me hacia acreedora de sus dichos. Siempre había observado la vida de las mujeres valientes que se encuentran en los relatos Bíblicos y me cautivaban sus historias. Mujeres que se entregaron de lleno a su llamado; que con valor defendieron su fe; que fueron ejemplo para sus pares y que hicieron historia.
En mi opinión, me gusta la mujer de valor para enfrentar la vida; la mujer de carácter, luchadora, trabajadora, esforzada; la mujer conocedora de los tiempos; que busca y ama a Dios por sobre todas las cosas; aguerrida pero sensible, dulce, conciliadora que se brinde hacia el otro; esa es la mujer de mis sueños, la que anhelo ser, cuando el Señor termine su obra en mi. Entre tantas mujeres con estas características quería contarte la historia de Débora una de mis preferidas, mujer profeta, jueza, astuta, adoradora y con un corazón sensible.
El pueblo de Israel había faltado al pacto con Dios y estaban viviendo las consecuencias de estar lejos del Señor. Nos cuenta la Biblia que en la época de Débora Israel estaba de esta manera: “quedaron abandonados los caminos” “quedaron abandonadas las aldeas” “se paraban en lugares torcidos” “escogieron nuevos dioses”. Un pueblo alejado totalmente de Dios, caminando sus propios caminos; dice Jueces 5:7 “hasta que yo Débora me levanté.” Una mujer con una sensibilidad social como pocas. Se elevo como una madre para guiar a su gente. Su trabajo fue sentarse bajo una palmera para levantar al pueblo de su abatimiento. La situación era de violencia “llegó la guerra a las puertas de la ciudad” dice Jueces 5:7 Débora fue a la batalla con Barac confiando en que Dios había dado ya la victoria. Una mujer valiente, con una fe avasallante; entendida de los tiempos de Dios que sale a la batalla prometiendo la victoria sobre el rey de Canaán, la cual Dios le concede.
Débora amaba a su pueblo:”mi corazón está con los príncipes de Israel, con los voluntarios del pueblo” era una mujer que tenia amor maternal por su gente , entrego el corazón a Israel y fue ese amor el que le dio la fuerza para salir a la batalla y arriesgar su propia vida. ¿Cuáles son los límites de tu amor?
Débora una mujer sensible, adoradora,”Cantaré Salmos a Jehová el Dios de Israel” después del triunfo compuso un esplendido canto triunfal para alabar al Dios de Israel.
Que hermosa historia!!! Habrá alguna Débora en estos tiempos? ¡¡ Mujer Valiente y Esforzada!!.
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