Esa necesidad que tenemos de ser aceptados por todos y que todos nos quieran, es en definitiva, una lucha constante con la baja autoestima que poseemos. Es una dependencia a la aprobación que nos hace vulnerables tanto a los elogios como a las críticas. Es una forma de vida que nos mantiene tensos y nos inclina a la depresión, porque nuestra valoración personal depende de los dichos de los demás. Debemos entender que no todos aprueban el modo en que Dios se mueve en nuestras vidas, la manera en que somos llamados al ministerio, la forma en que Dios nos da oportunidades y bendice nuestras vidas. Debemos tener en claro que la aprobación o la desaprobación de otros no deberia influir en nuestras emociones ni paralizarnos frente al plan que Dios trazó . Lo importante es lo que Dios piensa de nosotros y cómo le estamos agradando a Él.
El apóstol Pablo, un hombre que amaba a Dios y que tenía pasión por su obra, se encuentra en medio de una situación complicada; los hermanos de Galacia estaban insinuando que era un oportunista, que buscaba el favor de las personas, porque enseñaba lo que la gente quería oír, por eso en gálatas 1:10 nos dice: ¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que yo procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros no sería siervo de Cristo. ¿Alguna vez has pensado que Dios no usaría tu vida debido a tu pasado? O has pensado que Dios no te utilizaría debido a lo que la gente piensa de vos? Si es así, detente un instante y mira la vida de Pablo: perseguidor de la Iglesia de Cristo, participe en la muerte de Esteban, instigador del martirio a los primeros cristianos, fanático de la religión, en tal forma que estaba dispuesto a llevar a cualquiera a la muerte. Este hombre con un pasado terrible, con una reputación impresentable ante los hombres, es llamado por Dios, recibe su perdón, Dios lo restaura, lo santifica y le da el ministerio apostólico: “Pablo apóstol (no de hombres, ni por hombre sino por Jesucristo y por Dios Padre)”. En este versículo Pablo nos enseña que buscar en forma desmedida la aprobación de los demás puede afectar nuestra vida espiritual y nuestras relaciones con otras personas. No debemos buscar la aprobación de las personas para sentirnos bien y ser felices, al contrario eso nos esclaviza; la opinión de otros no debe afectarnos. Debemos estar firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres Gal 5:1. No debemos buscar en el hombre, lo que Dios nos da gratuitamente: amor, perdón, valoración, aceptación. La libertad verdadera nunca llega hasta que no entendamos bien ese versículo.
Nuestro pasado puede servirnos para dar testimonio de donde Dios nos sacó. Nada mas, No debe atarnos a él. Gálatas 1:23 dice: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y Glorificaban a Dios por causa mía”. Gracias a Dios por la vida de Pablo! Y por la vida de tantos que han sido transformados por el poder del evangelio. Dios bendiga tu vida y cumpla su propósito en vos.
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